← Volver

Renuncio a levantarme temprano



He sentido culpa durante mucho tiempo por no ser de esas personas que se levantan a las 6 am para hacer ejercicio.

Durante un año puse la alarma para ir al parque con mis perros y arrancar el día como un campeón.

En el fondo nunca quise hacer eso.

Duele admitirlo, pero hay cosas que son así. No es que sea imposible cambiarlas, es que a veces simplemente no queremos. Y reconocerlo también duele.

La paradoja es que, en la medida en que lo acepté, empecé a cambiar.

Pasé de cero ejercicio a un promedio de 15 minutos en casa, cuatro o cinco veces por semana. Eso es muchísimo más que antes.

A veces me vienen pensamientos críticos. Pienso en la gente que entrena dos horas al día. Pero ellos no son yo, y yo no soy ellos.

Si me pierdo en ese discurso, me engancho y dejo de mirar lo que sí estoy haciendo.

Tal vez más adelante mi vida tenga “más equilibrio”. Tal vez entrene más tiempo. No lo sé.

Cuido mi cuerpo, cuido a mis perros. Pero no todo al mismo tiempo.

Por ahora hago esto. Y esto es lo que importa.

Un día quise levantarme a las seis. Hoy me levanto a mi hora. Y sudo en la sala viendo YouTube.


Gracias por leer.
Si te gustó este post, compártelo o hazme saber qué piensas.